Todo comenzó en 1940 cuando el hermano Roger dejó su país natal, Suiza, para vivir en Francia. La Segunda Guerra Mundial comenzaba, y él tenía la certeza de que sin tardar debía acudir a ayudar a aquellos que atravesaban por esa prueba.
Hoy la comunidad de Taizé reúne a unos cien hermanos, católicos y de diversos orígenes protestantes, procedentes de más de treinta naciones. Por su existencia misma, la comunidad es un signo concreto de reconciliación entre los cristianos divididos y los pueblos separados.
Los hermanos viven de su propio trabajo. No aceptan ningún donativo. Tampoco aceptan para sí mismos sus propias herencias, sino que la comunidad hace donación de ellas a los más pobres.
Con el paso de los años, cada vez más jóvenes de toda Europa y otros continentes vienen a Taizé para participar en los encuentros semanales.
En este vídeo se presenta de manera más extensa la esencia de la Comunidad de Taizé así como las experiencias de algunos jóvenes que han vivido la experiencia de pasar una semana en Taizé.